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Miradas

Pensando en Evgen Bavcar, comencé a plantearme cómo es que alguien que no ve, puede producir imágenes. Partiendo de la base de que la imagen es, fundamentalmente algo visual, ¿cómo conocerla, crearla y aún más, amarla, cuando esa visión es inexistente? ¿Cómo es posible que alguien fotografíe imágenes que no ve, cómo sabe si lo que está fotografiando le gusta? Aún si alguien le describe una escena, esta imagen que se generaría en su mente sería una interpretación de la descripción de otro, una imagen totalmente subjetiva y que poco tiene que ver con la imagen en sí misma. Me pregunto a su vez y hasta con ingenuidad, ¿qué es una imagen y qué es fotografiar?
Me di cuenta que partí de la idea preconcebida y que de hecho descreo, de que la fotografía es sólo la reproducción acotada de un espacio/forma/cosa que vemos en una primera instancia, y que recién en una segunda intentamos mostrar, quizás como diciendo “esta parte me gusta, me divierte, me entristece, me genera algo”. Ahí es cuando comencé a dudar. ¿Es así realmente, o la imagen se produce primero en forma de idea en nuestra mente? ¿Será tal vez que las imágenes se aparecen como fantasmas y es después que producen un sentimiento? ¿O simplemente son sólo un conjunto de formas entremezcladas que luego tratamos de entender o interpretar, forzando de alguna manera la búsqueda de un significado?
La fotografía es pintar con luz, dicen. Foto- imagen-, grafía-escribir, pintar, graficar-.¿Cómo utilizar la luz, a través de ese aparato que es la cámara fotográfica, para reproducir la imagen que tenemos en la mente? ¿Cómo, en otras palabras, reproducir lo que tenemos en la mente, que, por otro lado, no es más que la reproducción de la imagen que antes estaba en nuestro corazón? Resulta tan difícil pensarlo así, y sin embargo, a través del tiempo y la historia las imágenes fluyen sencilla y constantemente. Y cuando digo imágenes hablo de la danza, por ejemplo, que produce imágenes, algunas fijas, otras no, algunas casi etéreas e irreproducibles, pero imágenes al fin; hablo de la música, que produce imágenes, no sólo en sus letras sino en las notas, en los ritmos, en el tempo. La literatura describe imágenes, las cuenta, las analiza, las desarma y las vuelve a armar. La pintura produce imágenes, y lo hace no sólo desde lo formal y lo intelectual, porque en definitiva, una imagen dirigida genera miles de imágenes fluctuantes en los espectadores, en otras palabras, una imagen produce miles de imágenes. ¿Es tan difícil entonces generar imágenes no viendo? ¿No es lo que hace cualquier artista, segundos antes de llevar a cabo su obra?
El pintor, con o sin imagen preconcebida, toma desiciones frente al lienzo en blanco, desiciones que lo lleva a pintar de una u otra manera. El bailarín hace lo mismo. El músico. El escritor. El actor. El fotógrafo. Sólo que todos ellos están irremediablemente influenciados por imágenes anteriores, imágenes de sueños, de otras obras, de recuerdos. El ciego, en cambio, ve su alma, su corazón, no tiene interrupciones, incluso sus recuerdos son de alguna forma producidos o reproducidos por su alma, no hay allí imágenes de otros. Hasta podría decirse que es más fácil así, por genuinas, por puras, por realmente reales… ¿Cómo serían nuestras imágenes si nunca hubiéramos visto otras? ¿pensaríamos igual? ¿cómo seríamos? Si no tuviéramos visión: ¿hablaríamos igual, amaríamos igual, juzgaríamos igual? La vista nos da tanto y también nos quita mucho, eclipsa a los otros sentidos, los destruye, porque las imágenes son demasiado imponentes, tanto que a veces se convierte en una especie de milagro peligroso, un don terriblemente perjudicial para el que busca la originalidad, la verdad, la otra cara de la moneda, lo que hay por debajo, la tercera dimensión.
Creo que los surrealistas buscaban esto de alguna manera, para ellos la vida tal y como la conocemos era sólo una porción de realidad. Aprovechándose de las imágenes y el don de la vista intentaron (y digo intentaron porque creo que es una tarea imposible) despegarse del mundo real para mostrar lo que hay más allá, lo que se deja librado al azar, el sinsentido, los sentimientos más profundos, los más genuinos y aquellos que no queremos ver o mostrar, aquellos que nos avergüenzan. El amor, la mentira, el deseo sexual, el odio, lo prohibido, lo pecado, la violencia, lo secreto, la masturbación, el asco, el asco hacia el otro, el asco hacia uno, el insulto, Dios, lo intangible, lo inalcanzable. Todo ello y más. ¿Pero cómo despegarse de la mirada del otro? ¿cómo despegarse de la mirada de uno mismo? Cuando quisimos, no pudimos. Cuando pudimos, nos negaron. Cuando nos negaron, no nos gustamos. Ser parte del grupo parece la única manera de sobrevivir. Mostrar lo que el otro entiende, lo que conoce, lo que acepta. Es raro saber que el otro acepta sólo la cara que de él quiere mostrar, no quiere estar del otro lado, no quiere volverse vulnerable. Irónicamente, aquellos que más abogan por la “normalidad”, como ellos la llaman, son los que dicen disfrutar del arte, los que siempre quieren demostrar en las fiestas cuántos libros de Kafka leyeron. Y son los mismos adinerados y cultos los que compran obras carísimas de esa gente que ellos desprecian, de esos “locos” artistas, para que hagan juego con sus sillones nuevos.
Dijo Vincent Van Gogh: “no me gustaría que mis figuras sean buenas (…) me desagradan que sean académicamente correctas (…) Mi único objetivo es aprender a realizar todo tipo de inexactitudes, anomalías, cambios, cambios en la realidad, con el único fin de que salgan ¡pues claro!...mentiras si se quiere, pero más verdades que la verdad literal…”. Estoy completamente segura de que el arte no es más que expresión, expresión pura, creo que los más grandes artistas son aquellos que supieron derribar barreras, traspasar fronteras, ir más allá. Evgen Bavcar, al menos para mí, es uno de los mayores fotógrafos que existen. Evgen Bavcar es ciego. Vincent Van Gogh fue maltratado, denigrado, tildado de loco porque sus obras no eran formalmente correctas, tuvo que elegir entre un pedazo de pan y un óleo, y eligió el óleo, muriendo en la más profunda pobreza. Hoy sus obras son admiradas en todo el mundo. Frida Kahlo sufrió un accidente que la llevó a vivir toda su vida con grandes problemas de salud, atada a un corsé, en cama por años, perdió un hijo, tuvo gangrena, perdió una pierna y aún así fue a su última muestra, aunque tuviera que hacerlo trasladando su cama al salón donde se exhibían sus pinturas. Su nombre es de los pocos nombres femeninos que se conocen popularmente en el campo de la pintura y su obra es uno de los máximos exponentes del arte mejicano.
Los ojos son la llave a las imágenes, pero no a las que vemos con ellos, sino a las que vemos con nuestro espíritu, con nuestras almas. Según Bavcar: “ (una mirada) es quizá la suma de todos los sueños de los cuales olvidamos la pesadilla, cuando podemos mirar de otra manera. Además, las tinieblas no son más que una apariencia, ya que la vida de toda persona, por más sombría, está hecha también de luz”. Los ojos cuentan lo que el alma ve, por más cliché que suene. Son sólo eso, transmisores. Sólo eso… y no es poco. Tener el espíritu abierto, creer en los demás, creer en uno, expresarse y amar, usar los ojos, manipularlos y saberlos aprovechar depende de nosotros. Ver y qué ver, también.

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Te pido perdón, es mi culpa. Es mi culpa olvidar peinarme no mirarme más al espejo Es mi culpa no aprobarme, no besarme más Dejar de cantar al bañarme apurada por hacer cosas que a nadie le importan y con el espejo empañado y el pelo revuelto ponerme la ropa húmeda ¿qué más da? Perdón, es mi culpa permitirte olvidarme, dejar mi ego cubrirse de polvo junto a mis pinceles y mis sueños Soy culpable por creer que me recordarías siempre o cuidarías cuando yo no lo hiciera Me culpo una y mil veces por aceptar que mis ganas pueden esperar, que la hija de mis padres no era tan importante como ellos creían, postrada a tu merced Olvide que soy reina, única Olvidé que nadie debería descubrirme, que yo ya existía desde mucho antes, que valía aunque no me vieras, que valía aunque todo Olvidé. Me olvidé. Te pido perdón por culparte amor, es mi culpa aferrarme a lo ajeno, cortar mis alas, pensar que el tiempo sería eterno para nosotros.
LIBERARSE DESATARSE LOS CORDONES Y LAS MANOS DE AQUELLOS QUE NOS SOSTIENEN LIBERARSE DE LO BUENO, ES, AUN MÁS DIFÍCIL SENTIRSE LIBRE DE NO TENER, DE NO DESEAR, DE ESTAR VACÍO DE VICIOS, SIN ADORNOS, VACÍO DE EJEMPLOS Y ENSEÑANZAS Y EXPERIENCIAS AJENAS, VACÍO DE AYUDA. HOY ES EL DÍA EN QUE ME LIBERO. Y TE SUELTO. Y TE DIGO GRACIAS, ME VOY. CAMINARÉ DESCALZA, ANHELARÉ TU AYUDA PERO INCLUSO CUANDO FLAQUEE Y TE LLAME A GRITOS Y LLORE SI NO ESTÁS, SI NO OYES. HOY TE SUELTO. AUNQUE ME DUELAN LOS PIES CON CADA PASO, AUNQUE MI GARGANTA NO REGALE VOZ, AUNQUE MI CABELLO ME CUBRA EL ROSTRO Y LAS MEJILLAS ME ARDAN DE VERGÜENZA, VERGÜENZA HECHA LÁGRIMAS, Y MIS OIDOS SORDOS TE BUSQUEN, HOY TE SUELTO. PORQUE ASI SOLA, ME HARÉ. Y AUNQUE TUS MARCAS SON PARTE DE MI, IGUAL QUE TU SANGRE, HOY DECIDO ESCRIBIR MI PROPIO DESTINO. VUELO LEJOS, TE AMO PERO ME VOY. HOY TE LIBERO.