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Acerca del lugar actual del arte



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Se suele decir que ciertas actividades “alimentan” el espíritu. Lo material se llena con materia. Lo inmaterial debe llenarse con algo superior.
El arte, en cualquiera de sus manifestaciones, se dice “alimenta el espíritu” (Salvador Dalí dijo alguna vez sobre la fotografía, y creo que puede ser una buena definición del arte, “fotografía, pura expresión del espíritu”). Hay algo en el arte que creo con seguridad sólo lo experimentan los que lo practican. Desde el momento en que se comienza una obra hasta que se finaliza, las ideas pueden mutar mil veces, y con el paso del tiempo, mil más, pues nuestra percepción cambia como cambian nuestras experiencias y nuestra inteligencia. Así que si uno escribiera, si se pudiera, a cada momento las observaciones que se hacen de una misma obra, vería el paso del tiempo y nuestra evolución, la de nuestra alma, de nuestro espíritu.
El artista debe alimentar y promover estas cuestiones. El arte tiene una parte técnico formal que es importante para un “acabado perfecto” o una “gran obra de arte” (dejemos tales conceptos vacíos para los críticos). Lo que diferencia a una obra de otra es la manera de expresar lo que fuere y cómo el resultado nos “punza” (citando a Barthes en La Cámara Lúcida) o no lo hace. Nunca, por supuesto, se dará para todos por igual pero el artista, el hacedor de la obra, sabe cuando él está allí, en la obra, y la obra está en él, como un todo indisoluble, inseparable. Cuando se refleja en ella, ahí es cuando más claramente está su alma, su espíritu, presente. Y esto es lo que lo hace, al menos por un instante, completo. Tal sensación de plenitud, incomparable para mí, inigualable, maravillosa, mágica, jamás se dará solo con una técnica, por maravillosa que fuera ésta. Es más, tal vez se necesite un poco de inexperiencia o de experiencia en la inexperiencia para dejarse llevar por los instintos y olvidar el razonamiento lógico. Tal vez por eso muchos artistas desean desesperadamente volver a pintar como niños. Tal vez se dieron cuenta.
La inteligencia se utiliza para todas las cosas, sólo que en ciertas actividades es el medio para resolver cuestiones prácticas y en otras, no. Alimentar el espíritu no tiene que ver con una lógica, y por eso puede ayudar a comprender las cosas que tampoco lo tienen.
Hoy nos enfrentamos por primera vez en la historia con un hecho inimaginable y que ocurre sólo en el arte: somos libres. Sí, somos libres por primera vez. Totalmente libres. En realidad, de lo único que el artista no es totalmente libre es de no ser libre: no hay verdaderas leyes culturales ni reglas sociales estrictas que no nos dejen ser libres en el campo del arte. Parafraseando a Danto “lo único que nos está prohibido es que ellas (el sistema de creencias) tengan el tipo de significado que tenían cuando nos estaban prohibidas”. Y tal vez ésta sea la causa de nuestra desesperación. Estamos acostumbrados, es lo único que conocemos, a tener una libertad limitada, a tener ciertas reglas políticas, sociales, económicas, reglas de convivencia sin las cuales no podríamos vivir ni convivir. Sabemos ya de memoria y practicamos la frase “la libertad de uno termina donde empieza la libertad del otro”, por lo que gozamos, para poder ser libres, de una pseudo libertad (¿existe mayor paradoja?). Tal vez por ello el arte actual es el único lugar en el que, por primera vez, somos libres de hacer o decir lo que queramos. ¿Es esto bueno?
Tal vez no sea un problema en sí mismo pero sí, es un hecho, nos asusta la idea de la plena libertad ya que, repito, la única forma que conocemos de vivir está condicionada por diversos factores que hacen que actuemos en consecuencia con lo que creemos correcto, con nuestra moral, con nuestra religión, o con lo que los políticos nos dicen que es correcto y que debemos obedecer. Hacemos o dejamos de hacer cosas por amor, por compasión, por odio, por temor... vivimos eligiendo constantemente, tomamos decisiones todos los días que esperamos que cambien o mantengan nuestro tipo de vida, conocemos la historia de una forma lineal y la regla “causa-consecuencia”. La libertad se da gracias a la no- libertad y sabemos que no podemos ser todo ni todos, como sabemos que no podemos tenerlo todo. Sin embargo eso no ocurre actualmente en el arte.
Hoy podemos hacer el arte que queramos. La creación se desparrama de tanta libertad y los límites que nos ponían y desde donde debíamos encontrar la manera de “escapar” ya no existe, porque ya no hay de qué escapar, pues hoy alcanzamos nuestro sueño: hoy somos libres. Tal vez por eso busquemos lugares de expresión más restringidos, todavía no aceptados, donde la libertad que goza el arte plástico no haya llegado, como ocurre con el diseño de indumentaria y la moda. Allí aún hay reglas sociales, reglas que hablan de “buen y mal gusto”, allí la creación está restringida por conceptos como el de practicidad y funcionalidad y factores económicos y morales.
Buscamos lugares nuevos y dejamos de lado el sector conquistado, no para conquistar nuevos espacios, sino justamente lo contrario, para no conquistarlo jamás, para poder crear... Lo mismo ocurre con terrenos aún jóvenes en la historia del arte como lo son la fotografía y el cine. Y todos esos nuevos espacios se suceden unos a otros, acompañados por nuevas tecnologías, alienándose, reinventándose....
La pregunta que nos ahoga a los que hacemos arte, la pregunta que nos preocupa constantemente, “la” pregunta sería: ¿qué hacemos entonces con las “viejas” disciplinas artísticas? Si ya nada queda por conocer, si todo se ha inventado, si finalmente no nos queda a los artistas barreras que romper, prejuicios que derribar, si se hace difícil producir el impacto porque seguimos hablando del amor, del odio, de la melancolía y, en definitiva, de todas las frustraciones y alegrías, de la vida y de la muerte con los mismos medios y las mismas técnicas, si ya no queda por qué luchar ¿ha muerto la plástica como lugar de expresión? ¿O sólo está creciendo, conociendo su identidad, conociéndose?
5/1/06.-




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Perdón

Te pido perdón, es mi culpa. Es mi culpa olvidar peinarme no mirarme más al espejo Es mi culpa no aprobarme, no besarme más Dejar de cantar al bañarme apurada por hacer cosas que a nadie le importan y con el espejo empañado y el pelo revuelto ponerme la ropa húmeda ¿qué más da? Perdón, es mi culpa permitirte olvidarme, dejar mi ego cubrirse de polvo junto a mis pinceles y mis sueños Soy culpable por creer que me recordarías siempre o cuidarías cuando yo no lo hiciera Me culpo una y mil veces por aceptar que mis ganas pueden esperar, que la hija de mis padres no era tan importante como ellos creían, postrada a tu merced Olvide que soy reina, única Olvidé que nadie debería descubrirme, que yo ya existía desde mucho antes, que valía aunque no me vieras, que valía aunque todo Olvidé. Me olvidé. Te pido perdón por culparte amor, es mi culpa aferrarme a lo ajeno, cortar mis alas, pensar que el tiempo sería eterno para nosotros.
LIBERARSE DESATARSE LOS CORDONES Y LAS MANOS DE AQUELLOS QUE NOS SOSTIENEN LIBERARSE DE LO BUENO, ES, AUN MÁS DIFÍCIL SENTIRSE LIBRE DE NO TENER, DE NO DESEAR, DE ESTAR VACÍO DE VICIOS, SIN ADORNOS, VACÍO DE EJEMPLOS Y ENSEÑANZAS Y EXPERIENCIAS AJENAS, VACÍO DE AYUDA. HOY ES EL DÍA EN QUE ME LIBERO. Y TE SUELTO. Y TE DIGO GRACIAS, ME VOY. CAMINARÉ DESCALZA, ANHELARÉ TU AYUDA PERO INCLUSO CUANDO FLAQUEE Y TE LLAME A GRITOS Y LLORE SI NO ESTÁS, SI NO OYES. HOY TE SUELTO. AUNQUE ME DUELAN LOS PIES CON CADA PASO, AUNQUE MI GARGANTA NO REGALE VOZ, AUNQUE MI CABELLO ME CUBRA EL ROSTRO Y LAS MEJILLAS ME ARDAN DE VERGÜENZA, VERGÜENZA HECHA LÁGRIMAS, Y MIS OIDOS SORDOS TE BUSQUEN, HOY TE SUELTO. PORQUE ASI SOLA, ME HARÉ. Y AUNQUE TUS MARCAS SON PARTE DE MI, IGUAL QUE TU SANGRE, HOY DECIDO ESCRIBIR MI PROPIO DESTINO. VUELO LEJOS, TE AMO PERO ME VOY. HOY TE LIBERO.