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La bruja me dijo que mi vida daría un vuelco a partir del día 15 y estoy en camino.
Siempre me acuerdo cuando Alicia me leyó la mano y me dijo que tenga cuidado con el agua, que tendría un solo amor y sería para siempre y algunas cosas más. Al agua la sigo amando, pero desde otro lugar. El amor, claro, se sigue llamando Fernando. ¿Y el vuelco? Bueno, creo que estoy en eso, creo que llegó la hora.
Las cosas suceden cuando tienen que suceder y cuando dejamos que sucedan. Hoy quiero que sucedan. Mis prioridades se reafirman y me sigo fascinando con mi realidad. Es siempre el mismo sueño pero ahora lo estoy viviendo, y lo quiero compartir. No por nada la vida te lleva por rumbos que parecen desconocidos y después, todo tiene sentido.
"¡Con razón!" le diría mi pasado a mi presente, "ahora entiendo todo mucho mejor, todo lo incomprensible tiene sentido, un nuevo sentido, diferente, incluso, al que tuvo alguna vez"
Dibujante, bailarina y pianista...claro que puedo lograrlo ¿por qué no? Y eso fue lo que me motivó. Eso, y vos mamá. Y mis sueños, y mis cuentos. Y cantarle a los árboles mientras me imaginaba en un musical. Y escribir y pintar. Y Van Gogh. Y las galletitas con queso y mate en la casa de los abuelos. Y sufrir. Y llorar.
Creo que ya es hora, creo que estoy lista. Lo siento en mi estómago, que se retuerce con la simple idea de anidarte, pero son esos dolores nerviosos, los que aparecen antes de la alegria, los que te hacen dudar y así y todo, saltar.

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Perdón

Te pido perdón, es mi culpa. Es mi culpa olvidar peinarme no mirarme más al espejo Es mi culpa no aprobarme, no besarme más Dejar de cantar al bañarme apurada por hacer cosas que a nadie le importan y con el espejo empañado y el pelo revuelto ponerme la ropa húmeda ¿qué más da? Perdón, es mi culpa permitirte olvidarme, dejar mi ego cubrirse de polvo junto a mis pinceles y mis sueños Soy culpable por creer que me recordarías siempre o cuidarías cuando yo no lo hiciera Me culpo una y mil veces por aceptar que mis ganas pueden esperar, que la hija de mis padres no era tan importante como ellos creían, postrada a tu merced Olvide que soy reina, única Olvidé que nadie debería descubrirme, que yo ya existía desde mucho antes, que valía aunque no me vieras, que valía aunque todo Olvidé. Me olvidé. Te pido perdón por culparte amor, es mi culpa aferrarme a lo ajeno, cortar mis alas, pensar que el tiempo sería eterno para nosotros.

No puedo

No puedo obligarte, no puedo. No puedo obligarte a que me pienses cuando llega el otoño y el color tibio de las hojas te ponga melancólico y extrañes mis mates. No puedo obligarte a que me recuerdes en cada risa, en cada llanto, en cada copa, en cada abrazo. No puedo obligarte a que escuches esa canción que bailamos juntos y me imagines en un tiempo y espacio donde soy absolutamente genial. No hay manera, de obligarte a que te importe mi opinión o mi tiempo. No puedo obligarte a hacerme importante, fuerte, inteligente, capaz. Me resulta imposible hacerte creer en mis talentos, si es que tengo. No puedo, no soy quién, para decidir cuándo sentir que soy imprescindible. No puedo forzarte a elegirme, ni  a afirmar con intensidad que nadie podrá jamás igualarme aún sabiéndome vulnerable. Y al cabo de todo este enorme asunto solo sé, tengo la única absoluta y desdichada certeza de que no puedo ser quien no soy: una persona más que intenta, pero...

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"... Nunca pensé que podría ser tan miserablemente feliz ni imaginé cómo dolerían los huesos con esta historia de no saber quién quiero ser..."