Ir al contenido principal

Escribo

Hoy escribo sin firuletes, sin caricias, sin bijou, desnuda. Hoy escribo recién bañada, con un poco de frío, con mis perros cerca. Hoy escribo mientras sé que afuera hay sol, pero tengo la ventana cerrada. Hoy escribo porque alguna que otra lecturilla de Blog me inspiró, junto con mi insoportable manera de ser. Hoy escribo a pesar de que dije que tenía mucho que hacer, y era cierto. Hoy escribo porque lo necesito, ese tiempo, eterno, justo ahora mientras aprieto las teclas con la presión justa, mientras veo el polvo que se junta entre ellas y me recuerda que tengo que limpiar el mueble que me dio mi abuela, ese que ella conservó tan pulcramente y por años, casi brillante, y en el que ahora puedo escribir con un dedo mi nombre en su estante. Hoy escribo, aunque vos estes durmiendo y creas que estoy bien. Hoy escribo porque estoy bien, pero siempre algo me hace doler, escuchar voces, hablar en mi cabeza y contestarme sola y que de vez en cuanto me sorprenda a mi misma con algun sonido que se me escapa o algun gesto como si te estuviera hablando a la cara. Hoy escribo porque irremediablemente, si no lo hago, lloro.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Perdón

Te pido perdón, es mi culpa. Es mi culpa olvidar peinarme no mirarme más al espejo Es mi culpa no aprobarme, no besarme más Dejar de cantar al bañarme apurada por hacer cosas que a nadie le importan y con el espejo empañado y el pelo revuelto ponerme la ropa húmeda ¿qué más da? Perdón, es mi culpa permitirte olvidarme, dejar mi ego cubrirse de polvo junto a mis pinceles y mis sueños Soy culpable por creer que me recordarías siempre o cuidarías cuando yo no lo hiciera Me culpo una y mil veces por aceptar que mis ganas pueden esperar, que la hija de mis padres no era tan importante como ellos creían, postrada a tu merced Olvide que soy reina, única Olvidé que nadie debería descubrirme, que yo ya existía desde mucho antes, que valía aunque no me vieras, que valía aunque todo Olvidé. Me olvidé. Te pido perdón por culparte amor, es mi culpa aferrarme a lo ajeno, cortar mis alas, pensar que el tiempo sería eterno para nosotros.

No puedo

No puedo obligarte, no puedo. No puedo obligarte a que me pienses cuando llega el otoño y el color tibio de las hojas te ponga melancólico y extrañes mis mates. No puedo obligarte a que me recuerdes en cada risa, en cada llanto, en cada copa, en cada abrazo. No puedo obligarte a que escuches esa canción que bailamos juntos y me imagines en un tiempo y espacio donde soy absolutamente genial. No hay manera, de obligarte a que te importe mi opinión o mi tiempo. No puedo obligarte a hacerme importante, fuerte, inteligente, capaz. Me resulta imposible hacerte creer en mis talentos, si es que tengo. No puedo, no soy quién, para decidir cuándo sentir que soy imprescindible. No puedo forzarte a elegirme, ni  a afirmar con intensidad que nadie podrá jamás igualarme aún sabiéndome vulnerable. Y al cabo de todo este enorme asunto solo sé, tengo la única absoluta y desdichada certeza de que no puedo ser quien no soy: una persona más que intenta, pero...

...

"... Nunca pensé que podría ser tan miserablemente feliz ni imaginé cómo dolerían los huesos con esta historia de no saber quién quiero ser..."