Ir al contenido principal

Somos

El cuerpo ajado de tanto luchar,
de tanto sentir que no hay nada más
es aquí y ahora
ya.
Las carnes aún sexys, la flojera tira
las piernas temblorosas,
el ombligo en el centro, siempre,
el abdomen sudado entre los cuerpos calientes,
la espalda curva y los dedos
los dedos bien abiertos
La sabana enredada,
el pelo mojado,
enredado,
los huesos también enredados.
Los labios unidos,
sellados.
La respiración a la par,
las imágenes que vuelen y después se presenten,
las ideas viejas y las nuevas........

dejarse llevar, soltar, soplar suavecito durante un minuto.......exhalar

La excitación por aprender, el sentirse
joven
el poder acabar,
sentirnos.
Tus manos y las mías armando sinfonías,
creando, soñando, creciendo

...arm to arm, soul to soul...

Amarte pleno, plena,
entera,
con mis partes ocultas y mis partes llenas,
oliendo tu bosque y mi primavera,
perderme feliz en el instante en que me miras,
querer mirarme como me miras
Desear ser tuya para siempre y que me abraces fuerte
aun si te empujo
es sólo una reacción a mi
asi que abrazame igual,
abrazame que total no me pertenezco,

soy toda tuya.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Perdón

Te pido perdón, es mi culpa. Es mi culpa olvidar peinarme no mirarme más al espejo Es mi culpa no aprobarme, no besarme más Dejar de cantar al bañarme apurada por hacer cosas que a nadie le importan y con el espejo empañado y el pelo revuelto ponerme la ropa húmeda ¿qué más da? Perdón, es mi culpa permitirte olvidarme, dejar mi ego cubrirse de polvo junto a mis pinceles y mis sueños Soy culpable por creer que me recordarías siempre o cuidarías cuando yo no lo hiciera Me culpo una y mil veces por aceptar que mis ganas pueden esperar, que la hija de mis padres no era tan importante como ellos creían, postrada a tu merced Olvide que soy reina, única Olvidé que nadie debería descubrirme, que yo ya existía desde mucho antes, que valía aunque no me vieras, que valía aunque todo Olvidé. Me olvidé. Te pido perdón por culparte amor, es mi culpa aferrarme a lo ajeno, cortar mis alas, pensar que el tiempo sería eterno para nosotros.

No puedo

No puedo obligarte, no puedo. No puedo obligarte a que me pienses cuando llega el otoño y el color tibio de las hojas te ponga melancólico y extrañes mis mates. No puedo obligarte a que me recuerdes en cada risa, en cada llanto, en cada copa, en cada abrazo. No puedo obligarte a que escuches esa canción que bailamos juntos y me imagines en un tiempo y espacio donde soy absolutamente genial. No hay manera, de obligarte a que te importe mi opinión o mi tiempo. No puedo obligarte a hacerme importante, fuerte, inteligente, capaz. Me resulta imposible hacerte creer en mis talentos, si es que tengo. No puedo, no soy quién, para decidir cuándo sentir que soy imprescindible. No puedo forzarte a elegirme, ni  a afirmar con intensidad que nadie podrá jamás igualarme aún sabiéndome vulnerable. Y al cabo de todo este enorme asunto solo sé, tengo la única absoluta y desdichada certeza de que no puedo ser quien no soy: una persona más que intenta, pero...

...

"... Nunca pensé que podría ser tan miserablemente feliz ni imaginé cómo dolerían los huesos con esta historia de no saber quién quiero ser..."